El Río Helado

-mmm, estaba pensando en algo que no se si esta permitido-le dije con una sonrisilla-Aqui al lado del internado hay un pueblo y en el un Pub, quizas podamos ir a tomar algo-le dije con una sonrisa-Claro antes tendriamos que ir a cambiarnos de ropa y yo necesito una ducha-dije tocando mi pelo.-¿Que te parece mi super y genial idea?-le pregunte sonriendo.

-No te demores mucho-le grito mientras lo veo irse, luego salgo en direccion a mi habitacion.

Entro al lago, aburrido. Me apoyo contra un árbol, con un libro en mano.

Despues de haber comido y estar satisfecha, habia pasado a buscar mis patines, ya hace un par de dias que no patinaba, llege al rio helado y vi a un chico apoyado en el arbol- Hola-lo salude amablemente con una sonrisa mientras me sentaba en una de las bacncas que estaban a su lado para ponerme lo patines.

Cierro el libro, al escuchar a alguien.
-Hola, soy William.
Miro, sus patines.
-¿Sabes saltar?

-Soy Bee-respondi cuando el chico me dijo su nombre mientras cerraba el libro.-Oh...no-le dije con una sonrisa-Soy algo amateur en esto-le dije con una risa sincera-¿Tu sabes?-le pregunte despues.

Dejo el libro a un lado, me separo del tronco.
-Si, se caerme. Romper mi espalda. Hematomas y cicatrices, soy experto en eso.
Le devuelvo, la sonrisa sincera.
-Si te gusta, sigue con ello.

Lanze una risa cuando me respondio-Yo tambien soy experta en caerme-le respondi sincera mientras lo observaba-Si..aunque es mas un hobby que cualquier cosa-le respondi.

La miro, al fin.
-En eso, no me ganas. Soy muy torpe. Aprovecha a patinar ahora, el día que lo intente, romperé el hielo.
Me siento en el banco, al lado.
-Mi hobby es leer, y viajar. Puedo hacerte de guía en Roma e Italia, si algún día vas.

-Eso veo-le dije mirando el libro que llevaba en las manos-Hey si quieres patinamos juntos-lo invite, si mal no recordaba debajo de la banca Ian habia dejado sus patines, si no calculaba mal, calzaban lo mismo. Tome los patines y se los tendo con amabilidad-Asi practicamos los dos-le dije sonriente.

-Asi me usas, de colchón salvavidas.
Río, miro los patines.
-Debo irme, pero otro día tomaré tus clases. Tendrás que enseñarme de cero. Espero, no ser una molestia.
Le sonrío, tomo el libro.
-Te veo luego, Bee.
Salgo.

Rio con el-Claro, te cobrare la palabra-le dijo volviendo a meter los patines bajo la banca nunca estaba de mas tener un par de repusto. Camino hasta el rio helado girando un par de veces mientras escuchaba musica en su reproductor, esto era tan relajante...

Entro, de nuevo.
-Ya estoy listo, para mi clase. Tan solo, fui a escribir mis memorias.
Sonrío, me siento en el banco. Saco el par de patines.

Escuche a William volver y sonrei-Entonces estoy preparada para ser su profesora señor-le dije bromando mientras lo veia ponerse los patines.

Termino de atarlos.
-Listo, es todo lo que se hacer con ellos.
Me pongo de pie, con dificultad.
-¿Es buen paso?

Sonrei disimuladamente. Me acerque esta el borde de la pista y tome sus manos para que se estabilizara-Busca tu equlibrio-le dije mientras lo empujaba suavemente hacia la pista de hielo.

A duras penas, voy en linea recta.
-No estoy hecho, para estas aventuras.
Digo tambaleando. Al intentar girar, caigo. Hay un ruido sordo.
-Diablos. Mejor te veo a ti patinar.
Me pongo en pie, a duras penas.

Lo veo caerse y sonrio algo divertida. Lo ayudo a ponerse de pie-Oh, vamos no te daras por vencido tan facilmente ¿no?-lo desafie esperandolo en la pista con los brazos ruzados y una sonrisa perversa en mi cara.

-Tu me das miedo, diablillo.
Río, vuelvo a patina, algo mejor.
-Prefiero leer de esto, a hacerlo. Te dije, la próxima caeré, y romperé tu hobby. Busca otro. Pero no te veo, cara de lectora.
Digo en broma.

-Soy una caja de pandora, te sorprenderas-le digo la chico aun bromeando cuando lo veo patinar algo mejor, me muevo a su alrededor con soltura girando mirntras el avanzaba con dificultad-¿Genial no?-le pregunto antes de lanzar una risa.

-Genial mañana, cuando no pueda sentarme a desayunar.
Sonrío, sigo patinando.
-¿Hace cuánto patinas?

-Desde que tengo memoria-le sonrei recordando esos viejos tiempos-Mi madre me enseño-no segui hondado en temas tristes-¿Y tu desde cuando lees?-le pregunte bromeando otra vez.

-Desde que me enseñó mi tatarabuelo. Estaba loco, pero me saco leyendo a los 2 años.
Sonrío, logro dar uan vuelta completa.
-¿Qué edad tienes?